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El castillo

El majestuoso castillo es un vestigio del poder feudal y luego real. Reviva la evolución de esta residencia señorial en el corazón de la ciudad medieval de Carcasona.

Del palacio al castillo fortificado

En 1067, la familia Trencavel, nobleza del sudeste de Francia, recibe el vizcondado de Carcasona. A lo largo de los años, ordenaron la construcción de numerosos edificios, entre ellos el palatium, residencia señorial, hacia 1130.

Construido sobre las murallas galo-romanas, ¡era un verdadero palacio urbano ! A lo largo del siglo XII, el palacio se enriquece progresivamente con varias ampliaciones, como la capilla de Sainte-Marie al norte y una nueva ala al sur. Los Trencavel querían hacer de Carcasona el centro de su patrimonio. Esta residencia era a la vez la sede y el símbolo de su poder feudal .

Durante la cruzada contra los albigenses (1209), la residencia fue fortificada. Se añadieron almenas a los tejados, convirtiéndolos en puestos de tiro. En el flanco oeste, se elevó la torre Pinte para vigilar mejor los alrededores. Se convirtió en la torre más alta de la fortaleza, una forma de que los propietarios reafirmaran su poder.

Más tarde, durante el siglo XIII , se construyó una segunda muralla, completando la transformación del palatium original en castillo fortificado. A partir de entonces, Carcasona fue una fortaleza inexpugnable.

Château comtal Carcassonne vue aérienne
Le château comtal vu du ciel

© 4vents

Una fortaleza real

En 1226, la Cité fue anexionada al dominio real. El castillo sirve ahora de residencia al senescal, oficial nombrado por el rey. La muralla que lo rodeaba lo protegía de los habitantes de Carcasona, cuya lealtad al soberano aún no estaba consolidada.

Poco a poco, la ciudad se convirtió en un centro administrativo y militar, y se emprendieron importantes obras para reurbanizar la ciudadela. A principios del siglo XIV, se construyó un edificio en el emplazamiento de la actual Cour du Midi, con un gran vestíbulo con chimenea y ventanas góticas. El primer piso del ala sureste también estaba dividido en grandes salas, donde el senescal ejercía su autoridad. Además de sus funciones defensivas y militares, el castillo desempeña actualmente un papel residencial y político.

No es casualidad: la Cité era un lugar estratégico en la rivalidad entre los reinos de Francia y Aragón. Esta situación duró hasta 1659 y la firma del Tratado de los Pirineos, que puso fin a la guerra franco-española iniciada en 1635. El complejo quedó entonces abandonado hasta el siglo XIX, cuando Eugène Viollet-le-Duc emprendió su restauración. En la actualidad, ha recuperado su antiguo esplendor y fascina cada año a millones de personas.

Venga a descifrar la arquitectura del castillo de Carcasona durante una fascinante visita guiada.

Entrée du château comtal de Carcassonne depuis la porte de l’est

© Geoffroy Mathieu / Centre des monuments nationaux

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