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Una silueta icónica

La ciudad medieval de Carcasona domina las orillas del río Aude. Castillo, torres, murallas: ¡descubra la otra cara de su silueta legendaria!

Una majestuosa fortaleza medieval

Durante el siglo XIII, la ciudad de Carcasona fue asediada en varias ocasiones. Fue entonces cuando la ciudad adquirió el aspecto imponente que conocemos hoy. ¿Por qué no verlo más de cerca?

Dominando el conjunto, el castillo es una fortaleza dentro de otra fortaleza. Construido sobre la base del palacio de Trencavel, ha sufrido numerosas modificaciones. Los tejados se almenaron, convirtiéndolos en puestos de tiro, y se elevó un puesto de vigía, la torre Pinte. Otras torres, como la del Mayor, fueron perforadas con aspilleras, mientras que dos barbacanas y un foso defendían el acceso al castillo. Espléndido e imponente, ¡es la encarnación del poder feudal!

Pasemos a las murallas. La muralla exterior tiene tres barbacanas y dos torres de vigilancia, una al este y otra al oeste, para vigilar los alrededores. También tiene catorce torres, como las de La Glacière y La Peyre. En cuanto a la muralla interior, tiene veinticuatro torres. Apoyado en la muralla hay un gran bloque rectangular. Conocido como el Trauquet ("pequeño agujero" en occitano), servía para ocultar la entrada a un pasadizo subterráneo que conducía de los lices a las murallas hacia el exterior de la Cité. Por último, muy cerca se encuentra la impresionante entrada principal de la Cité: ¡la puerta Narbonnaise!

Rive droite Aude Carcassonne
Vue sur la cité de Carcassonne, bordée par l’Aude

© Geoffroy Mathieu / Centre des monuments nationaux

Puerta Narbonesa

A finales del siglo XIII, los reyes Philippe III le Hardi y Philippe IV le Bel decidieron dotar a Carcasona de nuevas fortificaciones. Hacia 1280, se construyó la Puerta Narbonnaise para defender la entrada principal de la ciudad.

La puerta, antiguamente conocida como Porte de Pressan, fue concebida como una fortificación independiente. Consta de dos torres de 30 metros de altura cada una. Están construidas en forma de espolón y están unidas en el segundo piso por una gran sala de guardia. También sirven de almacenes, uno con cisterna y el otro con bodega. La puerta maciza está equipada con un sistema de aturdidores, gradas y maquinillas. Por último, la puerta Narbonnaise está a su vez protegida por la barbacana Saint-Louis, situada justo enfrente.

La puerta Narbonnaise forma un sistema defensivo completo, pero también es un símbolo del poder real. Desde ella se divisan las estribaciones de los Pirineos, más allá de los cuales se encuentra el reino de Aragón, con el que Francia está en conflicto. Al hacer de Carcasona una fortaleza militar, los reyes de Francia enviaban un claro mensaje.

Abandonada después del siglo XVII, Carcasona también debe mucho a Eugène Viollet-le-Duc. En el siglo XIX, el arquitecto llevó a cabo aquí el mayor proyecto de restauración de su carrera. Desde entonces, la ciudad medieval ha recuperado todo su esplendor. Venga a descubrir sus secretos en una visita guiada.

Vue sur la porte narbonnaise et la tour du tréseau
Vue sur la porte narbonnaise et la tour du tréseau

Mathieu Geoffroy / CMN

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