En el corazón de la ciudadela de Carcasona, descubra el castillo condal y las murallas, obras de arte de la arquitectura militar galorromana y medieval, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Tres kilómetros de murallas, dos recintos fortificados (siglos IV y XIII), cuatro puertas, 52 torres y barbacanas ofrecen una panorámica excepcional de los alrededores. El castillo condal es el centro del dispositivo defensivo de la ciudadela de Carcasona.
El emplazamiento, habitado desde la Antigüedad, estaba protegido durante el Bajo Imperio por una muralla galorromana que, empero, no impidió que el lugar fuera conquistado por visigodos, sarracenos y francos. Centro del poder de los condes de Carcasona y más tarde de la célebre familia Trencavel en el siglo XII, pasa al poder real tras la cruzada albigense (1209-1229) iniciada por el papa Inocencio III. Carcasona, acusada de complicidad con los Cátaros, es asediada y capitula en 1209. Anexionada en 1226 al dominio real, pasa a ser gobernada por un senescal. La ciudadela se transforma en una fortaleza doblemente amurallada.
Hasta la firma en 1659 del Tratado de los Pirineos, Carcasona es la frontera entre Francia y Aragón.
En el siglo XIX, el arquitecto Viollet-le-Duc restaura la ciudadela y finaliza la reconstrucción del siglo XIII. La ciudad se encuentra al borde de la demolición y sirve de cantera. Durante más de 50 años (de 1853 a 1911), Viollet-le-Duc y su sucesor Paul Boeswillwald le devuelven su aspecto medieval: derriban las construcciones añadidas entre las dos murallas, recubren las torres de laja gris, restauran los elementos decorativos y reconstruyen los cadalsos. En los años 60, se cubren con tejas las torres galorromanas.
Viollet-le-Duc se encarga asimismo de la reconstrucción de la basílica de Saint-Nazaire, situada dentro de la ciudadela. Asocia una nave y colaterales románicos a un coro y un crucero góticos. Tiene unas vidrieras espectaculares, algunas de ellas del siglo XIII. En el Museo del Castillo se exhiben varios objetos lapidarios de la basílica.
¡Siga la guía!
El castillo, una visita ineludible para descubrir la historia de la ciudadela, su restauración a cargo de Viollet-le-Duc, comprender su sistema defensivo interior y exterior, visitar la torre del homenaje, admirar sus frescos románicos, sus tesoros de arquitectura romana, románica y gótica, Dame Carcas, las colecciones arqueológicas de la ciudadela con 2500 años de historia, un breve documental y una tienda completamente renovada en una de las salas más bellas del castillo.
Duración de la visita: 1 h
La muralla galorromana norte, las torres redondas antiguas mejor conservadas, una panorámica inolvidable de la Montaña Negra y 1000 años de arquitectura militar.
Duración de la visita: 20 minutos, salida Puerta Narbonesa.
La muralla medieval oeste, la torre cuadrada del obispo, los Cátaros y la torre de la inquisición, las restauraciones de Viollet-le-Duc, unas vistas espectaculares de la ciudad, la basílica Saint Nazaire, el teatro y los Pirineos.
Duración de la visita: 30 minutos, salida torre Saint-Nazaire.